Nuevos datos sobre el Ateneo Senabrino

martes, 9 de febrero de 2010

¿Cómo? 
¿No sabes qué era el "Ateneo Senabrino"? 

Si no seguiste los artículos El Ateneo Senabrino (mayo de 2007)  y ¿Dónde estuvo el Ateneo Senabrino? (marzo de 2007) tal vez no conozcas este salón de zapatería de los hermanos Senabre, en nuestro barrio de Benalúa, donde a finales del siglo XIX y principios del XX se reunía el "Ateneo Senabrino", como así llamaban a la tertulia que frecuentaban una larga lista de amigos intelectuales que hablaban y debatían sobre música, arte y literatura, conformando la elite intelectiva de la ciudad de Alicante. La base cultural del Barrio de Benalúa estuvo auspiciada por este Ateneo Senabrino, entre cuyas paredes se vivieron históricas tertulias y debates,  fomentándose un ambiente apasionadamente cultural.

Tras múltiples investigaciones, conocemos tres ubicaciones de las distintas épocas del Ateneo Senabrino, aunque sólo disponemos de la imagen clarividente de una de ellas, al ser la casa de Miró.

1.- EL ATENEO SENABRINO ORIGINAL


Imagen que muestra la proximidad de las casas de Gabriel Miró y Óscar Esplá, así como la localización de puntos neurálgicos de la cultura: el Templete de música, el Casino, el Salón Granados... y entre ambas, en una localización todavía desconocida, estaba el Ateneo Senabrino.

El Ateneo Senabrino original, sito (no sé muy bien dónde encontramos esta información) en la Calle Foglietti. Según Rubén, Martínez Mena ubica el primer ateneo senabrino "a unos pasos de la casa de la familia Miró", y con su peculiar prosa afirma: "El salón ateneista, modestamente amueblado: dos divanes, una estera de esaprto y una mesita baja con profusión de cuchillas, leznas, punzones, hilo encerado, papel de lija y botas a medio hacer" (aunque yo creo que este texto pertenece a Figueras o a Miró, no a Martínez Mena.) El ateneo (la zapatería) gozaba de puertas de vidrio, tal y como nos descubrió el artículo de Luis S. Taza Hernán, "Gabriel Miró y Francisco Figueras Pacheco en el Ateno Senarino" publicado en el nº 9 de la Revista AUCA. El círculo que comenzó era pequeño; cuando se iniciaba, pequeñísimo, e incluía, además de Eufrasio Ruiz y Clemencia, a Luis Pérez Bueno, Domingo Carratalá, y desde 1899, a Francisco Figueras Pacheco, quien se había mudado a Benalúa. Posteriormente el grupo aumentó a nueve o diez, junto con el pintor Adelardo Parrilla, mejor amigo de Miró en la Academia de Lorenzo Casanova. Entonces, apareció Gabriel Miró, al que Figueras (ya ciego) reconoció por la voz, y se forjó una amistad que sería eterna.

En el libro Sigüenza y el Mirador Azul y Prosas de El Ibero, el último escrito (inédito) y algunos de los primeros de Gabriel Miró. (Introducción Biográfica, transcripciones y edmiendas de Edmund L. King), La Torre, 1982, se habla de ese círculo de amigos que escuchaban mientras Gabriel Miró leía en voz alta. Dice esta obra (y parafrasearé muchos fragmentos de ella):

El zapatero de Benalúa se llamaba Antonio Senabre. Donaba el espacio libre de su taller, dos portales calle abajo de los Miró en el otro lado de la calle, y por lo tanto su nombre a la tertulia que celebraban allí los jóvenes intelectuales del barrio, la mayoría de ellos estudiantes libres que vivían con sus padres como Miró.
Cuidado, que el nombre de "Ateneo Senabrino" es un bautizo retroactivo. E. L. King nos cuenta que el grupo no se llamaba a sí mismo de esta manera hasta después de la aparición en su tribuna de un personaje a quien Figueras da el apellido ficticio de Ordóñez.  El Ateneo, llamado así humorística y burlonamente, alcanzó su momento de mayor seriedad cuando se le ocurrió a Gabriel que todos los socios debían someterse a lo que por común acuerdo era la prueba de valor moral, la sinceridad: "¿Qué opinas tú de ti mismo?" "¿Vales o no vales?"

2.- EL ATENEO SENABRINO EN LA CASA DE GABRIEL MIRÓ

La nómina de los contertulios fue creciendo. Rafael Martínez, un poeta cartagenero que gusta de escuchar los versos que se recitan, y Domingo Carratalá, estudiante, entonces, de leyes, que con los años llegaría a ser profesor. En las cuatro sillas: el propio Gabriel Miró, Garriga, Figueras, y su secretario Francisco Prats Nobleza, Juan Miró (hermano de Gabriel Miró), Eufrasio Ruiz, que sería concejal, Elier Mañero, que fue parlamentario, Rafael Rico (empresario monovero), Heliodoro Carpintero (gran amigo de Gabriel Miró, cuyo hijo asistiría también al entierro de Miró), Alfonso Rojas, Mariano Acevedo, Cristóbal Romeu, Luis Pérez Bueno y su hermano Artemio, Rafael Maignón, Antonio Cernuda, Julián Pardo, Pepe Núñez y Rafael Rizo.  La fama y la popularidad de estas tertulias les obligó a tener que buscar otro lugar, debido a su masiva asistencia, ya que la zapatería resultó insuficiente, así que Gabriel Miró las llevaría a la planta baja de su propia casa, en el chaflán de la placeta -Foglietti con Pérez Medina.

La vivienda original donde vivió la familia de Gabriel Miró, en el chaflán de la placeta -Foglietti con Pérez Medina-, al trasladarse a Benalúa en cuanto se construyó el barrio. Fotografía cedida por Elkiko.

Hay una descripción de esta casa que no habíamos pulicado antes. Es una descripción que Francisco Figueras Pacheco hace de la casa de su amigo y contertulio senabrino Gabriel Miró en Orto Literario III, siendo de las más bellas sobre una vivienda original benaluense, los alrededores, y la fatal ceguera de Figueras:

Una buena casa en la Plaza de Rodrigo, esquina a la calle de Foglietti, por donde venía entonces el tranvía de sangre y hoy el eléctrico. Los balcones de una y otra fachada, si bien luchando a veces con el ramaje de los pinos próximos, permitían ver en una dirección, el campo, y en otra, el mar. Mi amigo los contemplaba con delectación, especialmente el mar, desde la salida del chaflán, donde, de ordinario, se dedicaba a sus lecturas. Desde la azotea, bastante más alta que los tejados vecinos, se ensanchaban los horizontes: al mediodía, la franja entre azul y verde del Mediterráneo; al este y noreste, las crestas y perfil de las montañas. Yo no pude ya gozar directamente estas perspectivas. Mi retina había dejado meses antes de captar líneas y colores. Pero los paisajes que se extendían en torno llegaron a ella henchidos de luz, pasando previamente por los ojos de Gabriel y por el cauce vivo de su palabra.

Y esto es cierto: su casa estaba en una posición privilegiada, en el chaflán entre la calle Pérez Medina y Foglietti, frente a la plaza, junto al casino (y posteriormente, el Salón Granados), gozando de unas estupendas vistas. Al asomarse al balcón, podía ver el mar al fondo de Pérez Medina, así como el chalet del que sería su gran amigo, Óscar Esplá. Si miraba al frente, podía ver los pinos y el templete de la placeta.


3.- EL ATENEO SENABRINO EN UN COLEGIO DE PRIMERA ENSEÑANZA EN PÉREZ MEDINA.

Sabemos que el "Ateneo Senabrino" cerraría sus tertulianas sesiones en 1903, quizás debido a las diversas ocupaciones de cada uno de sus asistentes. Hasta entonces, buscaron otro lugar, y éste sería un Colegio de Primera Enseñanza, en la calle Pérez Medina. Bien, esto abre una doble incógnita (que puede ser errónea) en nuestra investigación:

  • Que la nueva ubicación del Ateneo fuera en las aulas de Don Francico Flores (el maestro flores), que quien hicimos un triple especial hablando del Centro Escolar, los libros de texto  y las clases. Siguiendo el libro de Rafael Establier, Añoranzas y recuerdos benaluenses,  estaba ubicado en Plaza Navarro Rodrigo, acera oeste, en una planta baja. La acera oeste no es Pérez Medina, sino  Arquitecto Guardiola, pero parece que no hay más centros escolares que den el pérfil durante esta época. (El del maestro Polo estaba en Alberola, y el de D Dionisio en Doctor Just. La escuela de Doña Carmen Albert era el primer piso del centro de Maestro Flores, así que tampoco nos sirve.)
  • Que la nueva ubicación del Ateneo se corresponda con el futuro Casino. Quizá, este lugar fue una pequeña sede cultural heredera del Ateneo Senabrino, que tras estar en una zapatería, y en los bajos de la casa de Gabriel Miró, sabemos que se trasladó a la calle Pérez Medina (que podría ser la de la foto) a una antigua escuela
Imagen pertenciente al artículo  Investigando fotos de Benalúa: el Casino

En definitiva, hemos intentado arrojar un poco más de luz a las diferentes fases de la existencia del mítico Ateneo Senabrino, y aunque (a medida que siguen los análisis e investigaciones) comenzamos a disponer de más datos y cada vez más elocuentes, todavía nos cuelgan muchísimos flecos como para poder dar una respuesta final a todo el entramado. Seguro que algún día completamos la historia, pero la búsqueda quizás sea lo más apasionantes de todo. Hasta aquí llegan nuestras investigaciones en febrero de 2010. Un abrazo, amigos, y gracias por haber llegado hasta aquí

Enviar este artículo por email Etiquetas:
Volver arriba