El Barrio de Cabrera Vicario

martes, 24 de febrero de 2009

Fotografía tomada desde Catedrático Soler en 1995, cedida por Carles Vela.


Antes de que se edificara ningún edificio en lo que hoy conocemos por Barrio de Babel, existieron unas pequeñas casitas humildes en la actual zona de Benalúa Sur, llamadas Casas de Babel, en lo que fuera conocido Barrio de José Cabrera Vicario, porque ese era el nombre de la única calle que tuvo aquel malogrado caserío.

José Cabrera Vicario fue un voluntario de la División Azul con familia en Sant Joan, fallecido en Rusia el 30-8-1941. Su muerte no fue en el frente, sino durante la marcha a pie, por acción del enemigo, como consecuencia de la explosión de una mina, el 28-8-1941, colocada por francotiradores en la carretera entre Grodno y Skidel. Al que al igual que otros representantes de esta unidad militar, se le dedicó una calle en el entorno de Benalúa.

A los pies de las chimeneas abandonadas de la antigua cerámica, entre el próspero barrio de Benalúa y las vías de la Estación de Benalúa, nació en la primera mitad del Siglo XX un pequeño "arrabal", si es que se puede denominar así, que se vinculó a nuestro barrio. Eran 24 viviendas típicas, de construcción tradicional, de planta baja, tejado a dos aguas y patio trasero, que formaban una plaza cuadrada en los terrenos destinados al nuevo Colegio de Benalúa, tras la gasolinera.

Ubicación del conjunto de viviendas sobre una fotografía aérea de los años 60.

Ubicación de las últimas casas del Barrio de Cabrera Vicario junto a los asentamientos conflictivos de Benalúa Sur. Fotografía de 1999.


A pocos metros se sentía el ajetreo del trajín diario en las harineras. Se podía escuchar el romper de las olas en la Playa de Benalúa, y los trenes entrando y saliendo de la estación. Su calle no tenía alumbrado, alcantarillado, árboles para dar sombra, o ni siquiera, algún comercio. Era el último escalón de la vida urbana en Alicante. Durante las primeras décadas de su vida, esto no supuso problema, pues el entorno rural todavía estaba muy presente en la vida de los alicantinos, y salir a jugar al campo, con palos y cuerdas, saltando entre piedra y matorrales era bastante normal. Pero conforme la ciudad fue creciendo y urbanizándose, el "agujero negro" que fue lo que hoy conocemos por Benalúa Sur fue un lugar donde el tiempo se detuvo, y donde los servicios nunca llegaron.

Aquí no se construyeron más casas, y nadie recordó que antaño hubo un espléndido velódromo donde se vieron las primeras bicicletas en Alicante.
Estas 24 viviendas siempre estuvieron en sistuación legal. Pagaban sus impuestos municipales como todos, pero no recibían el mismo trato. Fueron tratados como ciudadanos de segunda, y su entorno fue cayendo en la marginación. Sus últimos moradores fueron gente de edad avanzada y muchos se trasladaron a vivir al próximo barrio de Benalúa por el abandono perpetuo de las sucesivas administraciones locales, puesto que aquí nunca interesó construir nada, ya que desde siempre, se había intuido que algún día habría un gran plan urbanístico que arrasaría con todo.

Barrio de Cabrera Vicario en 1953. En imagen, los padres de Rosana González con sus amigos. Al fondo puede verse la Avenida Catedrático Soler. Imagen de Rosana González


Pero no hizo falta esperar al pelotazo, y el tiempo se encargó de encender la mecha. Tras las trágicas inundaciones de Septiembre de 1997, el 6 de noviembre de ese mismo año, la lluvia anegó la zona y 18 familias alli ubicadas y procedentes de anteriores desalojos de zonas como el cementerio, fueron evacuadas al polideportivo de Babel.

Extractos de noticias de los meses de Febrero y Marzo publicadas en el Diario Información, relativas a la campaña del Concejal Galant de realojos y erradicación de infraviviendas, que conllevó la demolición del barrio de Cabrera Vicario, Montoto, Travesía del Canal y algunas infraviviendas repartidas por la ciudad en puntos como el Cementerio.


Tras esto, se las metió en el mismo saco que el asentamiento chabolista de una antigua industria en la Calle Moratín y las viviendas "okupadas" junto al cuartel de la Guardia Civil de Babel.
Ya habían resistido un intento de desplazamiento por el polémico concejal Sr. Galant, pero no pudieron aguantar este último.

El Diario El País, publicó el 18 de Noviembre de 1999:

La alcaldía demolerá el asentamiento de Cabrera Vicario. El Plan de Urbanismo pretende construir una zona residencial.

Conocemos una parte muy lamentable de la historia gracias a Eusebio Pérez Oca, que nos relató:

En esos días, un vecino anciano y propietario de una de las viviendas llamó desesperado, pues se estaba desalojando a los vecinos para proceder a derribar las viviendas. Contacté con Camino Remiro, concejala de IU, y con Cáritas. Camino se presentó con un par de razones y paralizó el deribo ilegal. Cáritas ayudó a las dos únicas familias que habitaban las dos únicas viviendas en estado ruinoso y al resto de los allí alojados. El objetivo era claro. Sin viviendas "físicas" no se puede reclamar el derecho de indemnización por derribo por parte de Ayuntamiento y Urbanizador privado. Una maniobra que les salió mal. De momento. Todas las viviendas del barrio pagaban contribución urbana y ésta se compone de dos partes, una el suelo y otra el edificio. Sin edificio, repito, no hay indemnización por derribo.
Las harineras estaban vacias. La última revisión de la maquinaria se habia llevado a cabo por el ingeniero Sr. Luna a principio de los sesenta. Pero el olor urbanizador hizo que se cambiaran algunos planes. Y así estamos, sin barrio, sin Colegio Benalúa, sin muchas pequeñas industrias de las de siempre y con algunos haciendo el agosto. Vergonzoso.

Fotografía tomada desde Catedrático Soler en 1995, cedida por Carles Vela. Su testimonio gráfico es de los pocos que existen de esta historia ya olvidada por muchos.


Como bien sabréis, el final de la historia es conocido: tras desalojar a todas las familias por considerar a todas las viviendas en ruina, una excavadora derribó todo el conjunto, y borró del mapa lo que un día se conoció como "Barrio de Cabrera Vicario", que seguramente muchos en Benalúa recordarán.

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4 comentarios:

Ernesto Martín Martínez dijo...

A R T I C U L A Z O, Rubén, de los tuyos, con grandes dosis de investigación y tremendamente didáctico.

Como curiosidad os diré que recuerdo una fría noche en una azotea desde Catedrático Soler en la que podíamos ver perfectamente los cubos ardiendo para calentar esta "barriada", al más puro estilo Bronx.

Anónimo dijo...

Los últimos años de vida de esas casas, fueron bastante oscuros.

Ernesto Martín Martínez dijo...

Actualizo con la foto de Rosana González

roadwinero dijo...

Acabo de recordar una excursión del colegio al "descampao" en la que tras pasar cerca de esas casas me introduje con unos compis en ciertas cuevas que había bastante cerca... aquello seguirá allí?? Saludos.

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