Reflexión sobre el proyecto del edificio polivalente de Benalúa

martes, 17 de febrero de 2009

Ayer, día 16 de febrero de 2009, asistí a las conferencias sobre arquitectura CERARTEC organizadas en la Universidad de Alicante. Uno de los conferenciantes fue Sol Madridejos, arquitecta miembro del estudio S.M.A.O. (Sancho Madridejos). Allí pude disfrutar de su proyecto arquitectónico, sus reflexiones sobre el espacio, la luz, los pliegues... y admirar muchos de sus trabajos.

Sol Madridejos, explicando el proyecto del nuevo Museo de Arte Contemporáneo de la Asegurada en Alicante (MACA).

Al finalizar la conferencia, me acerqué y le consulté si podía hacerle un par de preguntas sobre el proyecto que realizaron para el barrio de Benalúa, que finalmente no podrá realizarse gracias a la salvación del ficus de la Calle San Agatángelo. Ella accedió, y he aquí una transcripción de lo que me comentó (he tratado de ser lo más fidedigno posible a la conversación).



Así iba a ser el edificio polivalente de Benalúa: un parking subterráneo, un centro de mayores (centro de día), un centro de salud, centro social, viviendas para mayores viviendas y para jóvenes. Se hubiera convertido en una auténtica revolución urbana y un éxito para revitalizar el barrio, el comercio y proporcionarnos una cantidad de servicios necesarios que nos son negados desde hace décadas. Sin embargo, la cabezonería y la ineptitud de nuestro ayuntamiento dieron al traste con la idea, por no querer aunar la propuesta con el mantenimiento del ficus.


¿El proyecto de este edificio lo ganásteis en un concurso de ideas u os fue adjudicado directamente?
Como estaban haciendo el Museo de Arte Contemporáneo de la Asegurada, el Ayuntamiento nos pidió "un favor" para hacerles un proyecto del que les corría prisa y que tuviera estas características en Benalúa. Nosotros accedimos.


¿Y el ficus? ¿Qué os parecía? ¿Os interesaba? ¿Queríais salvarlo? ¿Porqué el proyecto no lo respetaba? ¿Fue idea vuestra o impuesta por el Ayuntamiento?
Es que lo del árbol no merecía la pena. Esos árboles los plantas aquí en Murcia (sic.) y crecen en muy pocos años. En cualquier lado alcanzan ese tamaño muy rápido. Si hubiera estado en un parque se hubiera mantenido pero ahí no merecía la pena. Hicimos hasta el proyecto para trasladarlo correctamente a otro lugar y era perfectamente posible. Ahí entre medianeras no tenía sentido. Los vecinos eligieron el árbol, y el edificio le hubiera dado mucho más al barrio que el árbol. Imagínate.



¿Y sobre el nuevo proyecto, volveréis a proponer algo adaptando aquél edificio? ¿Habrá un concurso? ¿Os han pedido algo?
No, ya no nos interesa. Ahora va a ser otra cosa, sólo un centro de salud. Nosotros teníamos un proyecto completo hecho para ese edificio y ya no se puede hacer.


Reflexión sobre la conversación:
Me siento decepcionado totalmente, a más no poder. Tras escuchar estas palabras no tenía más ganas de conversar, me he despedido y le he agradecido los minutos que me ha dedicado.
Entiendo el rol del arquitecto en la actualidad como una figura de gran relevancia a la hora de crear la ciudad. En nuestras ideas y propuestas se encuentra gran parte de la clave de la evolución urbana, el poder mirar más allá de lo convencional y tomar decisiones importantes para mostrar un futuro mejor. Un arquitecto no es exclusivamente un diseñador, un calculista, un experto en materiales o normativa... nuestro trabajo no se reduce exclusivamente a lo tectónico, a lo construido, a los volúmenes... Las herramientas que tenemos y la posibilidad de ofrecer ideas a los grandes proyectos urbanos nos permiten anticiparnos y ofrecer ideas nuevas y soluciones a problemáticas existentes y futuras. Sin embargo, no he encontrado atisbo de todo esto en sus palabras. No puedo juzgar su trabajo sólo por tres preguntas, pero en lo que afecta a este proyecto, me he sentido muy apenado, pues sigo creyendo que esta fórmula de edificio con usos mixtos era formidable.



De alguien de quien esperaba una sensibilidad especial como la mostrada en su arquitectura, he encontrado una respuesta fría y politizada, que no parte de la investigación del lugar y del contexto en que se inserta, y que no ha sabido encontrar una tercera solución que aunara lo mejor de cada idea, algo que parece sólo saben hacer unos pocos hoy en día. El edificio era bueno para el barrio, pero el árbol también. El árbol es identidad de un barrio centenario, con un gran sustrato social y cultural en la ciudad de Alicante. Este ficus no crece en unos pocos años, es algo muy incierto, sino que ha necesitado 140 años para alcanzar este porte, y es el más ficus más grande y longevo de la provincia de Alicante, y posiblemente de España.
Pocos árboles logran sobrevivir a plagas, enfermedades, malas podas, viento, talas desafortunadas... y especialmente en la ciudad y descuidados como ha estado éste. Hoy en día a los ficus de Alicante ya no se les permite alcanzar un porte monumental, puesto que se podan sus raíces aéreas y se impide que su copa crezca y se apoye, impidiendo por tanto que lleguen a un tamaño parecido.


Este árbol tiene un gran valor natural y patrimonial, valor icónico urbano, y valor cultural por la historia que ha visto pasar y que seguirá viendo pasar durante muchos años más.
Una arquitectura, por buena que sea, no es capaz de sustituir algo así. Si se hubiera planteado un proyecto de verdadero interés y complejidad de negociado, hubiera planteado un edificio que mantuviera todos esos usos, combinándose con el mantenimiento del ficus, formando un conjunto aún más potente. Quizá el parking hubiera tenido que reducirse para no afectar a las raíces (o desaparecer), y quizá hubiera sido necesario aumentar la edificabilidad por no mantener la línea de fachada de la calle, pero con un estudio de detalle especial que estableciera una modificación puntual del planeamiento urbano por una situación de excepción, seguro que hubiera sido posible hacerlo (claro, siempre que el Ayuntamiento del PP hubiera querido, algo que ya sabemos que no era así).

No sé si en el estudio de S.M.A.O. se vieron condicionados porque el proyecto se les asignara a dedo por amistado o afinidad con el ayuntamiento, (semejante regalo no se recibe a menudo) pero creo que es posible que esto fuera un ingrediente esencial para que aceptaran las reglas impuestas del Ayuntamiento y no ofrecieran una alternativa que enriqueciera el proyecto y el edificio pudiera convivir con el ficus.



Me gustaría destacar la desinformación que me ha mostrado, puesto que los técnicos forestales y botánicos especialistas de la Generalitat Valenciana afirmaron que ese árbol debía mantenerse en su lugar por riesgo de daño grave o muerte en caso de ser trasladado (sus raíces medirán decenas de metros, y cortarlas sería un gran riesgo). Precisamente gracias al tesón de los vecinos y especialmente de la Plataforma Salvem el Ficus, se logró detener esta tropelía y lograr salvar el árbol, consiguiéndose finalmente su catalogación como ejemplar protegido, por lo que ya nunca nadie podrá intentar tocarlo. Y el árbol es el mismo que un par de años atrás conocieron los arquitectos, es decir, tiene el mismo valor, sólo que entonces el Ayuntamiento trató de quitárselo de encima antes de que se protegiera y ya estorbara.




Y ya para finalizar, creo que también es lamentable que creyeran que los vecinos dijimos que prefiriéramos el árbol al centro de salud y social, puesto que esto es totalmente falso. Queríamos y queremos las dos cosas a la vez, pues no son incompatibles. Pero nadie nos escuchó.

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5 comentarios:

Elkiko dijo...

Es tal la indignación y la rabia que me ha producido esa contestación que te dio la "sra" esta, que en vez de lo que estoy poniendo hubera puesto otra palabra, que por respeto al blog a sus autores y a los lectores del mismo y vecinos de Benalúa no la pongo, pero es un reflejo de lo que algunos arquitectos hacen con sus obras: ser "dvinos" y arrasar con lo que hay sin tener en cuenta nada, sólo su bonito proyecto que han hecho en us despacho a muchos kms sin saber ni siquiera lo que hay en el solar y pisoteando la historia, la cultura o los recuerdos de los vecinos. Por otra parte, por muy Madridejos que sea, lo del MACA, ya da una idea de lo que piensa esta sra: es un pegotón agresivo con mi querida Santa María a la que supera en altura y agrede, seguro que pensó: "total ahí en Murcia hay muchos más monumentos, así que si la birria de iglesucha esa queda enanita junto a mi gran obra de arte, no pasa nada".

Juan J. Amores dijo...

Ostiiiiiiiiiiiiiiiis...........
¿No me jorobes?
¿Es coña?
¿Te dijo eso la muy....?
¡Vaya mierda de futuro nos espera, compadres!
Anda, neeeeng, espero que cuando seas mayor y te titules, tengas un poco más de sesera. Porque si no, llamo al Tio de la Vara para que te ponga fino.
¡Pena de ciudad!

Rubén Bodewig dijo...

Lo peor de todo es ver que detrás de muchos proyectos que admiras y que crees que han hecho personas con mucha dedicación, sentimiento, esfuerzo y cariño por el lugar... demasiadas veces no encuentras eso, y cuando has decidido entregarte al 100% a esto, estas cosas duelen bastante. Más cuando te toca tan de cerca lo del ficus. Quizá es que iba con una respuesta ya pensada en la cabeza, y tenía ganas de escuchar que ellos querían salvarlo, y que les dijeron que no se podía o algo así... para quedarme tranquilo. Pero no...

Fue lamentable.

Lo que dice Elkiko de la divinidad suprema de algunos arquitectos es totalmente verídico. A veces sólo se ven piedras viejas que molestan para tu excepcional edificio nuevo. Y eso sí, luego se cabrean si les tocan algo de su proyecto... que habría que ver cómo está dentro de un siglo o dos...

Rubén Bodewig dijo...

Tenía ganas de haberle preguntado por el MACA, por las vistas que va a tapar, etc... ahí sí que se esforzó en justificar sus decisiones, en decir que iban a mantener la línea de cornisa de la manzana, que si el travertino de la fachada era amable con el lugar, que si el volumen de la cubierta era de cristal para dar transparencia y no molestar... pero es que me las quitó al completo. Lo de Murcia es para reirse por no llorar (creo que tienen otro edificio en Murcia y andan de aquí para allá, pero vamos, que da una intuición del aprecio al lugar).

Recuerdo que en una conferencia de Javier García Solera, nos mostró el proyecto para el nuevo ayuntamiento de Mutxamel, eran varios edificios: centro comunitario, nuevo mercado municipal, ayuntamiento y auditorio de música. Ocupaba una parcela que ahora tiene unos grandes pinos en el centro de la manzana remanentes todavía de los antiguos patios de las casas (en Muchamiel es muy común, hay muchos árboles en patios). Quiso salvarlos, por su tamaño, presencia, sombra, recuerdo del lugar, memoria... y los incluyó en el proyecto magistralmente, creando una zona de terraza para cafetería debajo, separando el edificio de la medianera y aportándole más riqueza por saber responder tan bien a una situación compleja.

Cuando llegan cosas como estas a un proyecto, tienes dos opciones: negociarlas y saber incorporarlas para que te enriquezcan o ignorarlas de un modo insensible y hacerlas desaparecer, y flotar como una nave espacial que podría estar en este lugar o en cualquier otro.

Fue una buena lección que no olvido. Y que supongo no habrá aprendido de su padre, que ahora mismo está construyendo un auditorio desmedido y fuera de escala en campoamor...

Ernesto Martín Martínez dijo...

Buscabas héroes y te has topado con personas en su sentido más amplio y más oscuro. No les culpo, son el resultado social al que estamos sometidos: unas respuestas que ni se hubieran planteado en entramados urbanísticos que respeten el medio y el entorno.

Alicante ha sido así durante muchos años y no voy a echar la culpa a nadie por ello. Afortunadamente, estamos ahora nosotros para mostrar a la gente el cambio de mentalidad. Un reflexión muy acertada, Rubén.

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