Artículo publicado conjuntamente en Alicante Vivo y Barrio de Benalúa.

El pasado domingo, cuando rendimos el merecido homenaje al Doctor Rico, conocimos en persona a Roberto Benidorm, quien muy gustosamente nos enseñó una pequeña joya familiar que atesoraba entre sus manos, una imagen del año 1962 donde sus abuelos y su prima mayor paseaban frente a la Estación de Benalúa, junto al seto y valla que conformaba parte de su entorno y hogar, pues el abuelo paterno de Roberto, JOSÉ TORNEL fue el jefe de estación, tal y como nos había comentado en este artículo, el día 6 de febrero.

Mi abuelo paterno fue el jefe de esa estación hasta 1965, año en que murío.
Roberto, Benidorm.

Don José Tornel nació en Sax en 1903. Estuvo de jefe de estación durante la guerra civil en La Encina, la pedanía de Villena, donde nació el padre padre de Roberto en 1937. Posteriormente partió hacia un pueblo de Sevilla, hasta que regresó a Alicante en 1951, como jefe de la estación hasta 1965. Entre algunas de las historias que nos relataba muy educadamente Roberto, y que le habían trasmitido sus familiares, nos narraba que muchos de los viajeros que quedaban esperando al siguiente tren cuando caía la noche, se acercaban a hablar cerca de la casa del abuelo de Roberto, junto a la misma estación, haciendo casi imposible conciliar el sueño. Encontrarnos con las pequeñas historias que conforman la vida del barrio y de la ciudad hacen que disfutemos cada día más de realizar esta labor en el blog.

Recuerdo las caras de Rubén y Juan contemplando la imagen de la estación ante la orgullosa mirada de Roberto, donde sus abuelos pasean por la acera que bordea el terreno adoquinado; una preciosa foto familiar se convierte en una ventana hacia el pasado donde la casualidad quiso que se reflejara en primer plano un feliz y hermoso paseo de domingo en el marco de la estación al fondo; una vez más, lo puramente anecdótico se convierte en referente; la visión de la estación (con su nombre original Alicante-Benalúa sin las letras de RENFE) limpia, sin pintadas, sin ningún atisbo de suciedad, pues aparece pulcra y blanca en la imagen, suscitó toda nuestra admiración ante un documento lleno de vida.

Pero todavía hay mucho que decir y mucho que analizar tras la publicación de esta fotografía, porque esperamos, con gran ansia, que Roberto nos detalle más pormenores sobre su abuelo y sus quehaceres diarios como jefe de la estación (cuánto tiempo estuvo), su nombre y apellidos, y las minúsculas historias que pueden entrelazarse a partir de este artículo, pues gracias a su aportación podemos seguir reconstruyendo la historia del barrio y de la ciudad de Alicante.

Muchísimas gracias, Roberto.
Deseamos que nos sigas narrando más sobre la intrahistoria de tu abuelo.