Viviendas Originales de Benalúa (11) - San Agatángelo 6-8-9-10-

domingo, 2 de diciembre de 2007

BASTA YA DE PÉRDIDA DE PATRIMONIO URBANO OCULTO Y OLVIDADO. BASTA DE SILENCIO, OLVIDO PREMEDITADO, ABANDONO DE LAS FUNCIONES POR PARTE DE LA ADMINISTRACIÓN... ES UNA DEMOLICIÓN SISTEMÁTICA Y NO RUIDOSA, QUE NO INTERESA PUBLICITAR NI QUE "LEVANTE POLVO". ES UN PROGRAMA DE DESAPARICIÓN DE PATRIMONIO Y OBTENCIÓN DE INGRESOS CRUEL.

BENALÚA, BARRIO A LA VENTA
HISTORIA DEL SIGLO XIX A DEMOLER*
PRECIOSAS VISTAS**
BARRIO CON BUEN AMBIENTE Y TRADICIÓN
SE VENDEN PRECIOSAS CASITAS A UN MÓDICO PRECIO
GRANDES POSIBILIDADES DE RENTABILIDAD CON VENTA DE PISOS
COSTE: PÉRDIDA DE PATRIMONIO
RAZÓN: AQUÍ

*condiciones de fiabilidad garantizadas por la concejalía de destrucción de patrimonio y urbanismo del Ayuntamiento de Alicante
**situación sujeta a las determinaciones que decida el Puerto de Alicante

Nuestro Ayuntamiento se lucra en silencio con estas actuaciones. Gana dinero con licencias de obra, transferencias de terrenos entre particulares, nuevas viviendas que generan impuestos... y mientras esto sea así, y nadie levante la voz, ello callarán y asentirán, sin importarles la destrucción de la historia y el deterioro de un barrio. Son cómplices de los constructores y promotores. Colaboran con su silencio y desprotección de los edificios. No toman la iniciativa, y mucho menos, escuchan a quienes alzan la voz. Basta ya. Benalúa está desapareciendo bajo un barrio nuevo de ladrillo insulso y sin mensaje. En poco tiempo, NO QUEDARÁ NADA.

En la Calle San Agatángelo se acaban de demoler dos edificios de corte tradicional del barrio, para construir otros de nueva planta, más altos, y sobretodo, que ofrecen muchos más beneficios para constructores y propietarios. Eran dos unidades modificadas de viviendas originales, pero a pesar de haber anulado la composición original de las viviendas de 1884, eran muy positivas para Benalúa, ya que por su número de viviendas ayudaban a crear "islas" de baja densidad en un barrio masificado, y aportaban un valor ambiental y una heterogeneidad muy enriquecedora, que de nuevo, se ha perdido para siempre.

De derecha a izquierda: el número 6, 8 y 10

El número 6 hace chaflán con la Calle Carratalá,desde un primer momento reconocemos (estamos ya bien entrenados) los rasgos claros de la sobreelevación: el segundo piso tiene una altura libre (de suelo a techo) menor a la del primero, ya que se construyó décadas atrás con otros criterios; además, las ventana de la esquina no es de suelo a techo; y notamos la "cicatriz" delatora del implante entre el primer piso y el segundo.

Detalles que, de ser objeto de una cuidada restauración, harían las delicias de los viandantes y los amantes de la arquitectura tradicional alicantina.

Fue una vivienda original de las que hacían esquina, que eran el modelo más grande y valorado. Hoy en día, resiste a duras penas, pasando inadvertida, sin pena ni gloria, y esperando su destino ya escrito. Por suerte, sus rejerías originales, la puerta de madera de acceso y las persianas exteriores de madera, siguen conservando la tradición de las viviendas del barrio.

El número 8 es, de nuevo, otro ejemplo de Vivienda Original sobreelevada. En este caso, se procuró ocultar al máximo los rasgos de este tipo de palimpsesto.
Las líneas horizontales trazadas en la fachada atenúan el efecto y dificultan la modulación automática de nuestra visión, para evitar que detectemos fácilmente que la vivienda de la planta segunda tiene una altura distinta a la de la primera. Es un recurso muy bien utilizado. Además, se ha ubicado un balcón en el hueco central, dando a entender una composición conjunta de todo el edificio. Sin embargo, este elemento nos ha ayudado a delatarlo como vivienda sobreelevada. Los tres huecos de la planta baja, y la estrecha puerta de acceso, nos han dado la pista definitiva.
En la cornisa del tejado se colocaron unos bonitos azulejos socarrats para decorarla... desde aquí os animamos a todos a descubrirlos por toda la ciudad. Son pequeños tesoros que te alegran la vista cuando los descubres. ¡¡Levantad la vista, mirad los edificios y sus detalles, y alejadla del gris asfalto!! Si seguimos así, dentro de unos años, esto será imposible de ver en Benalúa.

Este edificio parece muy bien mantenido, y quizá sus dueños deseen conservar con cariño este trozo (ciertamente alterado) de nuestra peculiar historia de barrio. Esperemos que así suceda.

El número 9 está en la acera de enfrente. En este caso, vuelve a tratarse de una sobreelevación: una planta segunda de menor altura libre, añadida con una "costura" reflejada en la fachada, ventanas superiores más pequeñas, ausencia de balcón central...
Si pudiérais obviar esta segunda planta, y mirar la vivienda como si estuviera en su estado inicial... veríais que las persianas se siguen utilizando como antes, que los marcos d elas ventanas de madera siguen en su sitio... e incluso que de vez en cuando, alguien se asoma por el balcón para hablar con un amigo en la calle.
Las preciosas rejerías, las ventanas con persianas exteriores... todo nos traslada a hace más de 100 años... incluso la bajante de aguas pluviales por la fachada, exactamente por el mismo sitio que el resto de viviendas del barrio.

En los bajos, una churrería que recibe el nombre de "Churrería Benalúa" mantiene con vida el edificio, y le da más vida al barrio. Si queréis unos churros un domingo por la mañana, ya sabéis dónde encontrarlos!! y felicitad al dueño por seguir ahí y no abandonar el edificio!

El número 10 era otro edificio sobreelevado, y que siguiendo la táctica de su vecino (número 8), buscaba ocultar esa "operación" de crecimiento con una recomposición casticista de la fachada, simulando un despiece de piedra en tonos cremas y líneas horizontales, y creando un paño de ladrillo caravista rojizo que contrastara mucho sobre toda la fachada.
Con esta operación, se igualaron las ventanas, y se perdieron los voladizos. Era muy difícil saber si la vivienda se había construido sobre una Vivienda Original, pues le habían borrado sus "huellas digitales" con esmero, pero un detalle nos dio la pista y la solución: sus tres huecos de la planta baja, y la entrada a la vivienda por una puerta de idénticas dimensiones a las de las viviendas de finales del Siglo XIX en Benalúa. Siguiendo una línea imaginaria, la altura del primer forjado que separa la planta baja de la primera coincide con la de las viviendas originales cercanas, y el no haber abierto grandes huecos en la planta baja delata que el edifico funciona con muros de carga, y no pilares. El veredicto es que alrededor de los años 50 o 60, se decidió sobreelevar esta vivienda para crear una casa más grande, pero para "alejarse" del carácter de otras más humildes, se reformó entera la casa y su fachada.

Tristemente, la encontramos ya moribunda, vendida al mejor postor, enfundada en su mortaja: una lona anti-polvo para demoliciones y obras... y con un cartel que anunciaba su condena a ejecución y desaparición.

Hoy, este es el solar que ha dejado...

Y aún nos confirma que habíamos acertado, y que fue Vivienda Original, con sus escaleras a la catalana, siguiendo la línea "antifunicular", y que hoy siguen "grabadas" en la medianera como última huella...

Y finalmente, en el número 22, encontrábamos esta curiosa Vivienda Original modificada alrededor de los años 60 (por el lenguaje arquitectónico empleado). De una manera bastante divertida, habían sacado toda la primera planta al exterior, aprovechando el voladizo que permite hacer la ordenanza urbanística.


Así, ampliaron la superficie útil con parte del vuelo cerrado, y crearon un coqueto balcón que permitía colocar macetas y tenía una pérgola para dar sombra en su parte superior, aprovechando las vigas que sobresalían de la cubierta.
A pesar de la apariencia moderna del edificio, su interior continuaba siendo decimonónico, y hasta su cubierta era a dos aguas, en lugar de plana (que es como se hacían en la época a la que se atribuiría la composición de su fachada).

Hoy este es el aspecto que presenta el solar que ocupaba... el hollín de la chimenea nos cuenta cómo se calefactó la casa durante más de un siglo, y nos impulsa a imaginar la cantidad de veladas junto al fuego hablando y contando historias durante los primeros envites del Siglo XX.

De nuevo, la traza de las escaleras sobre la medianera se convierte en el último homenaje a esta arquitectura que hoy parece que nadie quiere que tenga un lugar.

Si quieres ver dónde estan (y estuvieron) estos edificios, puedes verlo en nuestro Mapa de Panoramio: número 6, número 8, número 9, número 10 y número 22.

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2 comentarios:

Ernesto Martín Martínez dijo...

Cada vez que sale un artículo de viviendas originales a punto de ser derribadas me entra mala sangre. Más que una pena, es una vergüenza. Pero si esto sigue así, el proceso de envejecimiento del barrio va a ser mayor, porque los nuevos pisos no pueden ser adquiridos por parejas jóvenes. Comprar un piso en Benalúa, hoy por hoy, es muy caro.

Rubén Bodewig dijo...

Es una destrucción programada. Se hace poco a poco, pero en un intervalo de 10 años en el barrio quedará menos del 10% de las casas originales que se hicieron en 1884.
¿Os imagináis la noticia si saliera en la portada del Información esta demolición a realizar en 1 sólo día?

Viviendas decimonónicas demolidas en masa en Benalúa para hacer nuevos pisos.

ahí sí que haría ruido, pero tienen la estrategia perfecta.

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