Alperi se opone a la construcción del Colegio Benalúa

viernes, 21 de diciembre de 2007

De vergüenza. Acabo de coger los periódicos y viendo las noticias de ayer y hoy, me encuentro con el desastre mayúsculo. En el debate presupuestario en el Parlamento Autonómico, Alperi se opone en Cortes a la construcción de dos colegios que llevan años en barracones. El alcalde rechaza una enmienda para ejecutar el Benalúa (8 años en barracones) y el Pedro Duque (4 años) además de votar igualmente contra las obras del centro de San Gabriel (de infraesctructuras irrisorias).

Però a més nosaltres:
VOLEM UN COLE NOU!
Que ja està bé!
Que ja val!
Que son huit cursos


Como docente me siento indignado, ¿es ésta la educación de calidad? ¿Acaso estos niños no tienen derecho a un espacio digno para el proceso de enseñanza-aprendizaje? Precisamente ahora que se desbloquea la gasolinera de Benalúa Sur y comienza la "milla de oro", el alcalde (el primero de todos los alicantinos y el que debe mirar por nuestros intereses) destroza la esperanza de muchos educadores, padres y niños. El CEIP Benalúa clama por su colegio nuevo.

Parecía que ya estaba todo dicho, pero no dejamos de sorprendernos.

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8 comentarios:

Jesús dijo...

Cuando lo lei ayer me quede de piedra y espere para poder contrastar la noticia porque me parecia propia del dia de los inocentes pero no...

nuestro alcalde se puso la careta una vez mas y rebaño con su sucia y mentirosa lengua el culo de quien dicta las normas en su partido, los mismos que nos goobiernan desde valencia y que "nos marginan" presupuestariamente, pero aqui no pasa nada, esto es una pataleta tipica alicantina, pasado mañana se nos olvida con el gaitero y a otra cosa mariposa...

Como bien dice pau, ajoiagua, nos lo merecemos, por rancios y por menfotistas, mañana queman el don bosco y arde troya, se declara zona catastrofica.

ETELVINA ANDREU dijo...

Hola, lamento ser agorera...pero no lo puedo evitar....ya lo decía yo. Aun recuerdo la votación en Benalúa, la pena que sentí al ver que mi barrio, en el que nací y crecí seguía,en gran parte apoyando a Alperi. Sé que muchas personas se dan cuenta ahora de las mentiras del PP, y sé también que reflexionarán su postura. Sólo quiero añadir que siempre, como benaluense, como socialista, y desde luego como concejala, defenderé la construcción de un colegio digno para benalúa...y no lo que tenemos ahora. Saludos a todos, una benaluense.

Anónimo dijo...

Hola, acabo de enterarme, ha sido muy fuerte. Todas las noticias económicas afiladas una tras otras hablan por sí solas. Sin comentarios. Alacant

rocor dijo...

Lo que no me explico es cómo con lo quemada que está la gente con una cosa y la otra este individuo haya vuelto a salir elegido,muy clarito está dejando para quien está construyendo este Alicante, para el trabajador y los queremos salud, bienestrar social y medio ambiente no. Deberíamos movilizarnos mas y antes,ya está bien de tragar, esto cada vez va a peor.

Ernesto Martín Martínez dijo...

Voy a decir lo mismo que escribí en alicantevivo; no estoy de acuerdo con que haya sido una trampa de la que no ha "podido" salir. Como alcalde de Alicante debería haberse cerrado en banda y haber demostrado el amor por su ciudad por encima de las ideas políticas o el escaño en la sesión parlamentaria (sí, sí, a lo Carbonell). Hubiera sido un gesto comprendido por sus compañeros de partido y admirado por todos. Hubiera demostrado que realmente es el representante de todos los alicantinos y el que mira por nuestros intereses.
Sin embargo, no ha sido así, y por cobardía, ha encendido la mecha él solito. Todos sabéis mi profesión y el alcalde acaba de echarnos un pulso. No pienso dejar que esto quede así, ni en el colegio de mi barrio mi barrio, ni el Pedro Duque, ni el San Gabriel.

Rubén Bodewig dijo...

no puedo añadir nada más a lo que habéis dicho. Huele a podrido.
Lo que a mí me sorprende es que al resto de la gente le haya pillado esto por sorpresa. ¿Qué os esperábais que iba a hacer este mercenario despreciable? Ahora mismo lo único en lo que está pensando es en las cestas de navidad y los jamones que le están enviando a su casa las constructoras.

PD: Me gustaría ver escrito claramente porqué la directiva territorial del PP obliga a rechazar de pleno cualquier enmienda presentada por el PSOE sin escucharla o estudiarla. ¿Acaso alguien en este mundo puede ser tan idiota como para pensar que nadie le puede aportar nada y pensar cosas mejor que él? Cosas como esta me hacen pensar que nuestra democracia tiene muchos fallos. Si ser diputado consiste en ir a las cortes a votar lo que dice tu partido, que vaya sólo uno, porque será lo mismo, y nos ahorraremos muchos sueldos millonarios.
La política acabará hundiendo a la democracia y a la inteligencia gracias a gentuza impresentable como este personaje.

Anónimo dijo...

Que esperais de ese impresentable, lo que yo no me explico, en el colegio publico benalua, en todas las elecciones que ha habido ha arrasado el PP en cuanto a votos, que alguien me lo explique.

Anónimo dijo...

El alcalde y los barracones

Nuestro alcalde y diputado autonómico es el mejor ejemplo de la imposibilidad de compatibilizar dos cargos cuando la disciplina de voto exige el desdoblamiento de la personalidad. Como alcalde, está obligado a velar por su ciudad, lo que parece haber olvidado hace tiempo a juzgar por su estado y la sensación de abandono en que se halla sumida. Como diputado, aunque parezca mentira, debe, si quiere permanecer en el cargo, oponerse a lo más elemental, incluso a las obligaciones propias de un alcalde, como es la educación de la infancia en condiciones mínimamente aceptables. Y él ha asumido esa contradicción con el mejor de sus estilos, afirmando que vela por nuestros intereses aún, aparentemente, perjudicando los de aquellos que nada pueden hacer salvo dejar pasar los años para en un futuro poder acceder a la Universidad que, aún hoy, no depende de la Alcaldía, motivo éste por el cual, con todos sus problemas, funciona sin injerencias urbanísticas que pudieran idear plantar una torre de edificios en sus jardines para financiar los cursos de doctorado.
Díaz Alperi, estoy seguro, al igual que muchos de los que han gestionado la educación en esta Comunidad, jamás han pisado un aula prefabricada; de haberlo hecho no tendrían la osadía de exaltar las condiciones paradisíacas de tales instalaciones. Porque, una cosa es que se instale un barracón de modo circunstancial y por motivos excepcionales. Pero, otra muy distinta, es que la excepcionalidad se prolongue durante años sin argumentos plausibles, revelando un desprecio a los jóvenes y a los niños que sólo desde la ausencia de los mínimos valores de solidaridad y de ignorancia de la importancia de la educación, se puede entender. Porque, señor alcalde, los niños del Benalúa no van a tener otra experiencia en su vida que la de estudiar en un barracón; nunca podrán ir a un colegio en condiciones normales; jamás pisarán un colegio como el que sus hijos y los de sus ediles conocen y al que los padres no debemos renunciar si queremos llamarnos padres. Ese es el problema que usted y los que hacen la política educativa del PP en esta Comunidad no llegan a comprender y que no sabe, ni debe saber de números, de estadísticas, de planes parciales o de convenios. Los padres sufren por la forma en que sus hijos son tratados y esos hijos no parten en las mismas condiciones que los demás, siendo difícil que lleguen a amar los estudios y que algún día puedan tener idénticas o similares posibilidades que los hijos de los que pueden, por sus medios, proporcionarles un futuro.
Soy partidario, pues no quiero imponer para evitar que me impongan, de la libertad de educación, de que los padres escojan la que quieran para sus hijos, de que la educación para la ciudadanía sea compatible con las obligaciones que el Estado tiene en materia educativa, que son muchas e irrenunciables y los derechos de los padres a evitar que nadie les eduque en valores que ellos rechazan, con la medida necesaria, pues este derecho nunca puede convertirse en objeción a la legalidad. Pero, señores de la derecha de este país, esa libertad, para ser real, debe partir de las mismas posibilidades de todos para acudir a centros educativos en igualdad de condiciones. No se puede reclamar un derecho negando, aunque no se haga voluntariamente, el de los demás. No se puede hablar de libertad cuando no existe igualdad en la elección. No rechazo la enseñanza concertada, ni la privada, no lo ha hecho tampoco el gobierno. Pero para ello es necesaria una suficiente inversión en la pública para ponerla al mismo nivel, ya que sólo así la libertad de elección será real y no condicionada por factores económicos. Creo en la libertad de todos, pero la libertad cuesta, no es gratis. Mientras eso no suceda entiendo que cada padre haga lo que pueda para que sus hijos reciban una buena educación y elijan el colegio que les proporcione mayor confianza. Lo que sucede es que esa opción, en casos como el del colegio de Benalúa, no es fruto de la libertad, sino de la necesidad y eso, señor alcalde y miembros del PP, es inadmisible, les desacredita y les quita la careta pues parecen representar sólo a una parte de la ciudadanía, aquella que, además, necesita menos protección. Concertar, por ejemplo, el Bachillerato, enseñanza no obligatoria y desatender la obligatoria es un desacierto que esconde discriminación y concede privilegios a los ya privilegiados.
Que usted vote en contra de la construcción de dos colegios que llevan años paralizados por razones que no importan a los niños me parece un comportamiento éticamente rechazable. Y no me hable de trampas. Usted estaba obligado a dejarse la piel en su escaño por la ciudad de Alicante o a dimitir en el acto si su nuevo cargo le obligaba a renunciar a su condición de alcalde. Su función pública está por encima de sus cargas como militante del partido a quien tanto debe, pues en definitiva le han votado los ciudadanos y le pagamos, además, su sueldo para que sea alcalde, no para que discipline su voto. La palabra «dimisión» de uno de sus cargos alcanza, tras su ejemplo de días antes de Navidad, un significado particular, pues revela, caso de no atenderla, su despreocupación auténtica por los más desfavorecidos y por la educación, que es la base del progreso social y un modo de igualar a los desiguales.
Y aquí, no me resisto, aunque se trate de otra cosa diferente, a recordarle que la dignidad de sus conciudadanos merece también el respeto a su recuerdo. Su postura de rechazo a un homenaje a los que sufrieron en el Campo de Los Almendros es reveladora de una ideología que parece estar sólo plagada de ladrillo y cemento, pero huera de sentimientos compartidos aunque no sean los suyos. Porque los sentimientos ajenos son y deben ser tan válidos como los propios y la incapacidad de reconocerlos exhibe huecos en el alma que no se cubren con discursos y desprecios, antes al contrario, las excusas o el silencio los abren y expanden hasta que uno cae en sus profundas simas.
Esta ciudad debe renacer y reaccionar ante su futuro incierto, ante la destrucción de sus señas de identidad, ante la falta de servicios de educación, de sanidad y ante el riesgo de que los que existen puedan supeditarse a planes urbanísticos. Todo queda subordinado a la construcción rentable y la enseñanza de los jóvenes no parece serlo, pues a la larga genera hombres libres.

José María Asencio Mellado es catedrático de Derecho Procesal de la Universidad de Alicante.

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