Benalúa desde Francia

sábado, 20 de septiembre de 2008

Hace unos días, nos llegó al correo un formulario de contacto desde Francia, firmado por Robert Laly; el texto que pudimos leer era realmente emocionante:

Al ver la descripción del barrio de Benalúa me entraron recuerdos antiguos. En efecto, en los años 1966-67 estuve allí durante unos meses en Benalúa, sobre todo durante el verano. Soy francés y me acuerdo del cine que proponía peliculas al aire libre con asientos de madera. Finalmente no me acuerdo del nombre de aquel cine.
Conoci un barrio antiguo con su cuartel cuyo campo cercano nos servía de campo de fútbol.
Aquí están unos recuerdos de mi juventud alicantina y al ver el trabajo de busca, me han vuelto muchos recuerdos que creía escondidos en el fundo de mi memoria. Gracias para la conmoción.

Rápidamente contestamos agradecidos la misiva de Robert, y le instamos a que nos contara sus recuerdos, vivencias y experiencias en el barrio durante los años 60. Es maravilloso contemplar cómo una mera ubicación puede despertar tantas imágenes retrospectivas. Robert hablaba de conmoción. Y su relato es un precioso testimonio directo del barrio durante el franquismo:

Al regresar del trabajo, encontre su respuesta y me di cuenta de que las cosas habían cambiado tanto en Benalua como en la ciudad donde vivo. La búsqueda de recuerdos y fotos antiguos me hace pensar que cada uno, en si mismo, tiene el vínculo que nos ata a la humanidad a traves de sus recuerdos.
El barrio de Benalúa es para mi el terreno excepcional del conocimiento de la vida española de aquellos tiempos. Vivía esos meses en una familia pobre que me dio mucho cariño y que tengo en mi corazón. Me sumergí completamente en este hogar español, me iba de compras, iba también a la playa donde se podian ver astilleros.
Pues aprendía el español en el barranco, cerca de la estación que se ha quemado (acabo de aprenderlo, que lástima!) Vivia una vida sumegida en este modo de vivir y pensar lejos de mis pensamientos franceses (sobre todo durante la dictadura) y recuerdo estos momentos fuertes en los cuales habían intercambios entre la gente. Había el peso de la tradición, por ejemplo estaba sorprendido por la imposibilidad de divorciar.

El barranco era famoso porque cuando vivía (sobre todo en verano) estaba polvoriento y era mi campo de juego. Habia un pozo en la mitad del barranco y me bebí no sé cuántos litros de agua sin problema. Servía también para ducharse; en pleno calor el agua me parecia muy fría. Cerca del cuartel habia un chorro de agua que surtía y que me extrañaba: perder agua era raro.
Aqui estan unos recuerdos de vida en el barranco y, al mover las ideas recuerdo el ambiente y la vida de esta gente con que tengo mucho respecto y cariño.

Robert también nos contaba que en su barrio francés está llevando a cabo una acción parecida: pues está en un grupo que se encarga de recoger la memoria de los ancianos del barrio para no perderla. No participan a través de ningún weblog sino que están grabando los testimonios para posteriormente darlos a una institución que se propone ponerlos a disposicion de los historiadores que trabajan sobre la "pequeña historia".

Muchísimas gracias, Robert, por tu cortesía y por ser capaz de bucear entre tus recuerdos y dejarnos, para la historia, imágenes detalladas de tu experiencia en Alicante: el cine de verano con asientos madera, el barranco y su pozo, la dictadura y el peso de la tradición, la playa y los astilleros, el cuartel, el campo, e incluso el agua de la ciudad. Sensaciones de un perspectivismo que recorre el barrio con ojos ajenos a los nuestros, y que estuvieron allí mucho antes que nosotros. Realmente nos encontramos emocionados al leer tu correo.

Querido Robert Laly, para nosotros siempre serás benaluense.
Un fuerte abrazo


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3 comentarios:

Elkiko dijo...

Resulta bastante curioso el testimonio de este señor, sobre todo en lo referente a lo del agua del pozo. Y me recuerda un poco a un famoso e-mail que está por ahí rodando ya un tiempo y que compara las diferencias entre las cosas que hacíamos los niños hace 20 o 30 o más años, donde no había tanta protección y los columpios eran metálicos, etc... y no nos pasaba nada (al igual que a Robert que bebió un agua, que seguramente hoy estaría prohibidísma). Lo que si me extraña es que se dejara perder el chorro de agua de cerca del cuartel, aquí otra cosa no, pero aprovechar hasta el último hilito paa regar algo, se ha hecho siempre...

Ernesto Martín Martínez dijo...

Yo he creído entender que se trataba de una pequeña fuentecilla para beber. Quizás Robert estaba acostumbrado a pulsar el botón con el pie para que saliera el chorro y poder beber agua, sin embargo, aquí el chorro era constante.

Rubén Bodewig dijo...

me ha encantado al completo!!
por habernos buscado y haberse dirigido a nosotros, y especialmente por el esfuerzo de recordar tantos detalles...
mil gracias Robert!
si encuentras alguna vez una foto, háznosla llegar!!

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