La Casa Colgante de la Calle Carratalá

lunes, 27 de agosto de 2007

En la Calle Carratalá, en el tramo que discurre entre la calle Pérez Medina y Doctor Just, hay un buen ejemplo de edificio de viviendas que se levantó con posterioridad a las Viviendas Originales, probablemente sobre algún solar sin construir en la promoción inicial, aunque no descartamos que se trate de una de las primeras viviendas sobreelevadas por las familias más pudientes, ya que en la primera planta tiene un ritmo y proporción de huecos y balcones distinto al de la segunda, y se intuye una pequeña franja de "cicatriz" en la que se marca el "añadido".

Independientemente de su origen, ya no podemos decir que se trate estrictamente de una "Vivienda Original". Es un edificio que guarda un lenguaje muy similar (ritmo y proporción de huecos, materiales, carpinterías, barandillas, vuelos de balcones...) al de las viviendas originales, por lo que en un principio mantuvo un diálogo coherente, y dio forma a un conjunto con una lectura continua. Es por esto por lo que consideramos muy necesaria su conservación, ya que aporta una buena calidad ambiental.

El edificio se encuentra en buen estado y rehabilitado. Tiene unos tradicionales azulejos (como nos indica Juan, del tipo "socarrats", que son como unos azulejos pero con una sola coccion en el horno, ya que no era necesaria más dureza para el esmalte puesto que no se iban a pisar, y eran mas baratos) bajo la cornisa, como muchas casas de la época en Alicante, aunque la vista apenas se detiene en ellos, puesto que entre los aparatos de aire acondicionado y el local comercial, su belleza sólo la puede contemplar quien se para a mirarlo detenidamente.

Tiene una altura más que las casas tradicionales, y se ha intervenido sobre él de una manera trágica, puesto que el banco que ha ocupado el local comercial de los bajos, lo ha unido junto con el local del edificio contiguo, y ha revestido su fachada de forma continua, creando una continuidad que induce a error en la lectura urbana de ambos edificios.

El aplacado no sólo ha destruido la composición de su fachada en planta baja, sino que favorece ver el local comercial como un pedestal muy llamativo (claro objetivo comercial) y que surge desde el edificio de al lado, quedando éste "flotando" entre medianeras, anulado y ridiculizado, sin contacto aparente con el suelo, como si fuera una "casa colgante" de aquellas que se pueden ver por Cuenca.
Es una trágica e irresponsable intervención en un edificio de mucho interés por su valor ambiental. A pesar de esto, es fácilmente reversible, así que esperemos que algún día alguien desee recuperar su imagen original.

Puedes ver dónde está en nuestro mapa de Panoramio.

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2 comentarios:

Juan dijo...

Muchos de esos "azulejos" que estan situados bajo la cornisa son "socarrats". Son como unos azulejos pero con una sola coccion en el horno. El hecho de que tengan solo una coccion hacia que no pudiesen pisarse (ya que se perderia la decoracion), pero por otro lado eran mas baratos.

Saludos!

Ernesto Martín Martínez dijo...

Como bien dices, es totalmente reversible, así que de los males, el menor. Aunque a mí no deja de parecerme curiosa...

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